martes, 3 de noviembre de 2009

La Grieta

Todo tiene una grieta, cada cosa en este mundo tiene un
punto de quiebre.

Como luz que golpea el silencio
llegan tiempos nuevos, tiempos
que pueden ser engañosos
en donde aquellos viejos capos
amantes insanos del ocio
amañeante, con sus rezos
suplicando por los trapos
que visten la piel del vicio
de sus descalabrados sesos
emana como putrefactos mocos
que se mueven con desprecio
al ritmo de respirar y tos.

La gente los mira, es su estado
natural, y dice "Oh, cuan respetable,
es don fulano de tal" el nombrado
tal vez se pudre con su irremediable
mal de hacer haber de lo robado.

Pero cuando se afila la vista
lo que antes no se miraba
resalta con luz propia he insta
lo terrible, lo que no daba
sospecha, ahora es una grieta
de donde el que ocultaba
la verdad se ve como la rata
que es; se ve como insultaba
con su estratagema de cuarta
la inteligencia que ahorcaba
de los que le mirábamos, hasta
la mano le dábamos, y el la taba
nos ponía, con todo y pata.
Se reía y en silencio se carcajeaba
y a si mismo se llamaba "El Tata".

Pero ahora el día de decir y actuar
los hace temblar, su camuflaje
es contraproducente, y su andar
es cauto, pero pronto el tatuaje
de su pasado se hara resaltar
ya que por debajo de su traje
la grieta tiene que respirar,
entonces querrán ir de viaje
para como cobardes escapar.

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