Faltan solo cuatro días para que la toma de posesión se de a cabo. La bestia del capitalismo asesino se retuerce, su respiración es acelerada y entre sus múltiples ataques de agonía se arraiga con las garras de manera posesiva a lo que ha llamado sus territorio, territorio donde gobernó sin tener ningún tipo de clemencia durante toda la historia de este país que ha vivido sumergido en una lucha durante toda su existencia como nación.
Estamos ni mas ni menos ante la verdadera independencia, la nueva liberación.
El camino hasta aquí ha sido tormentoso. Los pocos que sobreviven de nuestra gente, aquellos que en un tiempo fueran casi erradicados del país por el gobierno tiránico y déspota del General Maximiliano Hernandez Martinez. Los que hasta hoy forman parte del estereotipo del Salvadoreño rustico, el salvadoreño de armas tomar, el mismo tipo de salvadoreño que detuvo en su andada al imperio invasor español de peñón en peñón de forma abrumadora, esos mismos por los que Feliciano Ama y Farabundo Marti ofrendaron sus vidas.
Todos ellos están depositados en cada corazón que late y siente la euforia por la nueva etapa de esperanza que se viene, ya que tan tenaz ha sido su lucha por permanecer en esta su tierra que su coraje y valentia radica en cada latido que habita tu pecho, hombre y mujer revolucionario de piel de mas matices pero con la transmisión sanguínea ambigua de estos grandes guerreros.
La nueva mañana después de una noche repleta de múltiples pesadillas, esta por comenzar gloriosamente, pero insisto que la batalla apenas inicia y la ruta que hemos tomado es en cuesta arriba, en espera de conquistar la cima, pero antes debemos de circundar en un cerro repleto de trampas legado de las aberraciones que han gobernado nuestro país.
El arranque es el momento mas delicado de una gran obra. Todos tenemos que estar listos para todo lo que se puede presentar que serán cosas para nada agradables.
Recordemos que nuestra soberanía nos ha mostrado que las causas justas siempre están balanceándose sobre un mondadientes de cristal y es responsabilidad de todos y todas que este en su perfecto equilibrio.
Todos tenemos que estar con los sentidos ultra afilados que nuestros opresores también son malos perdedores y no miran con resignación dejar en manos progresistas una fruta a la que aun se le puede exprimir mucho jugo.
Adelante con la lucha.
Adelante que los tiempos mejores vendrán si no desfallecemos ahora, ahora es la oportunidad que demuestres si deseas con todo tu ahincó ser parte de un mejor y mas humano El Salvador.
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