miércoles, 23 de noviembre de 2016

La publicidad del extinto licor Super Muñeco, popular entre todos como: Muñeco, me trae recuerdos de mi muy temprana infancia, en especial un audio comercial que sonaba en alguna radio que no sabría nombrar, se me hacia un episodio divertido que no puedo olvidar y que cuando lo recuerdo se me marca una sonrisa inevitable.
El comercial era algo así, llega un hombre en su caballo, se escucha el relinche del potro al frenarse
Luego se oía el golpe y rechinido de unas puertas, uno se hacia la imagen mental de una de esas puertas como las de las cantinas de las películas del salvaje oeste que se abren y tambalean cuando alguien llega.
Lo interesante del comercial no eran las ambientaciones, lo que me cautivaba eran los diálogos.
Al entrar se escucha la voz de una mujer muy amable y servicial que dice:
-Caballero, como puedo ayudarle?
Entonces se escucha una voz ronca, muy fuerte y directa.
-Deme, Muñeco!
Es ahí cuando se escucha el sonido de una bebida siendo servida en vasos con unos hielos remolineando,  se escucha cuando el hombre bebe, se amplifica el sonido que hasta se es posible identificar audible la cascada que baja por la garganta del tipo.   Luego un sonido de eminente deleite, como si de algo muy reaniman te y refrescante se ha ingerido, vuelve aquella voz ruda a ser dueña de la atención.
-Ahhhh! Muñeco, aquí encuentro mi eco... Muñeco!
Entonces emerge una voz de presentador, bien entonada y sobresaliendo con autoridad dice:
-Exija respeto, pida: Muñeco.
No se que tan antiguo sea este comercial, pero lo tengo en mi memoria, justo así...   Puede que con los años se haya distorsionado en mi cabeza, pero el caso es que me sigue haciendo gracia.   De pequeño no recuerdo muy bien que era lo que me llamaba la atención; cuando tomo matices cómicos en mi persona fue en la adolescencia, ya que probé las bebidas de este tipo, llegando a la conclusión que las expresiones de deleite que se alteraban y sobreexageraban no podían ser mas fuera de toda realidad; aquello daba una connotación de masculinidad a la elección de este producto en concreto, mas tarde me contaron los que si habían probado Muñeco, ya que yo no tuve oportunidad de hacerlo, que era una mierda, con textura toxica al paladar, haciendo algunos licores que para mi eran inbebibles pasar a ser suaves como la seda comparando con Super Muñeco, el mero mero.

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